No tenemos perdón: Inquietantes esculturas de Ron Mueck

viernes, 2 de diciembre de 2011

Inquietantes esculturas de Ron Mueck

Ron Mueck nace en Australia en 1958 y se inicia profesionalmente en los efectos especiales para el cine de la mano de Jim Henson en películas como Labyrinth o The Dark Crystal.
  
Se muda a Londres para crear su propia compañía y trabaja para la industria de la publicidad. A pesar de realizar trabajos muy realistas estos eran diseñados para ser fotografiados desde un solo ángulo. Pero Mueck fue concibiendo, con el tiempo, esculturas que admitiesen su vista desde cualquier ángulo.

En 1996 Mueck, en colaboración con su suegra Paula Rego, evoluciona hacia un arte refinado y produce unas pequeñas figuras para una escena que ella montó en la Galería Hayward. Rego le presenta a Charles Saatchi y este comienza a coleccionar y solicitar sus trabajos. Esto le lleva a crear la obra que le da fama mundial: Dead Dad (papá muerto), una escalofriante e hiperrealista obra de silicona y otros materiales del cuerpo muerto de su padre reducido aproximadamente a dos tercios del tamaño natural. Es la única obra en la que ha usado su propio pelo.


Ron Mueck. Dead Dad, 1996–1997

Las esculturas de Mueck reproducen fielmente los detalles del cuerpo humano pero juega con la escala para crear imágenes que nos sacuden. Su obra de cinco metros Boy fue mostrada en 1999 en el Millenium Dome y más tarde se exhibió en la Biennale de Venecia.

Ron Mueck. Boy, 1999


Mueck formó parte de la exposición Sensation, exposición que causó gran polémica entre críticos y público. La pieza que expuso en esa ocasión fue Dead Dad. En esa exposición se vieron también los trabajos de otros nuevos artistas británicos como Damien Hirst y los hermanos Jake y Dinos Chapman, que llevan sus propuestas a extremos estremecedores.

Impresionante. Sacude, como tú dices. Reflexión de lo cotidiano, monumento al peatón. Técnicamente es increíble. Vi una pieza suya en ARCO, hace unos tres años, y he visitado su trabajo en Internet. Hay más artistas haciendo este tipo de creación, que comenzó en el popart en los setenta, representando vecinos a tamaño natural, con acabados hiperrealistas en resina y siliconas, vestidos con ropa y realizando actividades anodinas como empujando un carro de Súper o fregando suelos. Tipos que ya han rebasado la juventud y habitan un mundo sin ilusión, actualizada ya toda promesa. Trabajar, comprar, desaparecer. Tiene una componente de denuncia, representa espléndidamente el vacío del individuo ciudadano moderno. Sin fe.

Comentario del escultor Rogelio Olmedo

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