Queridos amigos y amigas,
A la espera de conocer la sentencia que las iba a condenar a dos años de cárcel por cantar en una iglesia una controvertida canción en la que criticaban al presidente Putin, una de las integrantes de las Pussy Riot se dirigió al tribunal diciendo: "a pesar de que estamos aquí físicamente, somos más libres que todos los que están en esta sala… Podemos decir lo que queramos".
Rusia se encamina con paso firme hacia una nueva autocracia represora de las protestas ciudadanas, sospechosa de manipular elecciones y que abusa de su poder para intimidar a los medios de comunicación, prohibir los desfiles gay y golpear a voces críticas como al ajedrecista Garry Kasparov. Pero son muchos los ciudadanos rusos que están desafiando la opresión y la audacia de las Pussy Riot ha despertado la solidaridad de todo el mundo. Tenemos una oportunidad única para demostrarle a Putin que sus tácticas represivas le saldrán caras y ello está en manos de la Unión Europea.